La industria papelera es una de las que más consume agua por unidad de producto terminado en el sector manufacturero; en la búsqueda de una alternativa más sostenible y en la mayoría de los casos también más económica, que se basa en la aplicación de un modelo de Economía Circular en el manejo de los efluentes líquidos con la finalidad de recuperar el agua para su reutilización.
En este sentido, se hace necesario incorporar tecnologías de tratamiento de aguas residuales en la cadena de producción, haciendo posible que una corriente de agua pueda ser reutilizada en la misma etapa del proceso o que pueda ser enviada y aprovechada en otra.
Con esto se desea alcanzar un doble objetivo:
- Minimización del agua consumida, y
- Minimización de los residuos líquidos
Este modelo de gestión es denominado «ciclo cerrado» o lo que es equivalente, un sistema de descarga cero (ZLD, por sus iniciales en inglés); la implementación de esta metodología es mucho más amplio que el simple concepto de tecnología de tratamiento de los efluentes, ya que se trata de un sistema integral de gestión ambiental que persigue el menor impacto ambiental del proceso en su conjunto. De esta forma se minimiza, tanto la generación de vertimientos líquidos como de uso consumo de agua industrial, mediante la aplicación de conceptos de circularidad para el componente líquido.
Para tratar los efluentes hasta conseguir una calidad suficiente que permita la reutilización del agua recuperada, se debe contemplar, procesos de tratamiento más rigurosos, entre los cuales se tienen los siguientes:
- Homogenización, neutralización de pH y decantación: Todo esto permite sedimentar los sólidos en suspensión de mayor tamaño de partícula.
- Tratamiento biológico anaerobio: con el que se reduce el contenido de materia orgánica disuelta en el líquido, a la vez que se genera biogás, que puede ser empleado en diferentes aplicaciones.
- Filtración del efluente del proceso anaerobio: primero mediante filtros de arena y posteriormente con membranas de ultrafiltración.
- Oxidación avanzada (ozonización preferiblemente): con esta etapa se destruyen las moléculas orgánicas de gran tamaño y que pueden ser refractarias en un posterior proceso biológico.
- Ósmosis inversa: Finalmente el permeado de la ósmosis inversa tiene la calidad necesaria para poder ser reutilizado dentro del proceso de fabricación de papel.
- Evaporación al vacío: los rechazos tratados mediante la evaporación al vacío reducen todo lo posible su volumen. El agua recuperada en la evaporación también puede ser reutilizada mientras que el concentrado, un volumen mínimo, se debe gestionar como un residuo.
- Incineración: Los lodos generados en el proceso de digestión anaerobia, conjuntamente con residuos vegetales como cortezas de árboles, aserrín, etc. que se generan en la preparación inicial de la madera, pueden ser empleados en una caldera.
- Tanto el calor producido en la caldera, como el generado en el aprovechamiento del biogás, sirven para satisfacer los requerimientos energéticos del evaporador o del sistema de incineración.
De este modo, se recupera la mayor parte del agua utilizada en el proceso, se genera una cantidad mínima de residuos a ser gestionados externamente, generando grandes sinergias entre diferentes los procesos, con balance energético positivo; por lo que a nivel global, se dispone de un sistema de gestión ambiental sostenible. Cabe destacar que la implementación de un sistema así es más compleja, cuanto mayor sea la carga contaminante de los efluentes. Para garantizar el éxito de este modelo de Circularidad, es fundamental introducir en el proceso de fabricación de papel y pulpa todas las mejoras posibles que permitan generar menos compuestos contaminantes.
POR UN FUTURO MÁS SOSTENIBLE!!